Viaje al sexo
De repente empezó a hablarme de una película llamada Expiación, Seducción, y Placer. Mientras pronunciaba estas palabras sugestivas, el clima cambió y por un instante el tiempo se disipó en milésimas, y luego se ralentizó mientras su saliva se desenvolvía cual si tuviese un algodón de azúcar en su boca al tiempo que seducía… como una pequeña muerte placentera. Libidinosa.
Cuando se durmió, el tiempo sin perderse, recobró su impulso y los cuentos que habíamos leído se habían contado ya por generaciones y generaciones… y algunas que, ya habían olvidado su pasado.
Objeto
Pareciese que fuese un sueño… desperté en un lugar oscuro, junto a otros de carácter fuerte, pues refunfuñaban entre sí y maldecían sin motivo alguno, tenían unas texturas duras, como metálicas, estábamos aprisionados; De repente, algo gigantesco y blando nos atrapo y sacó de allí, del extraño lugar de olor extraño y realmente extraño… una blanca luz me cegó al instante hasta que poco a poco pude apreciar un panorama; Como si fuese en un Jeep, todo pasaba delante de mí a grandes velocidades. Estaba tan asustado cuando un hermoso y gigante rostro con ojos salvajes nos advirtió. Me asuste tanto que salte de allí a un vacio que parecía no terminar nunca… al fin golpee concreto y un pitido agudo en mí, sonó fuerte mente y pensé que nunca superaría ese gran dolor mientras estaba rodando sin parar... Rodé, rodé y rodé cual hámster en sus afanes… cuando por fin paré, mi cara hacia arriba se fue durmiendo contemplando el cielo y la noche, la lluvia y los calurosos rayos del sol. Alguien quizás en algún momento realmente aprecie mi valor.-
100 Pesos.
Historia en un Bar
Había bebido de tal forma que hasta el mismísimo Dios Apolo se sorprendió, dos lindas chicas estaban a mi lado derecho, aunque también había advertido la presencia de dos feas y grotescas mujeres a mi lado izquierdo. Las primeras hablaban de lo maravilloso que la pasarían esa noche, de cuanto placer les tenía preparado el destino y las emocionantes lunas que recordaban, pero esa noche algo en sus ojos era diferente tenían el color rojo de la sangre en ellos como si estuviesen poseídos, el vino que tomaban se convirtió en sangre y poco a poco en un extravagante beso; Sus dientes se afilaron y brillaron. Emanaba de ellas una ira total hacia quienes veían en este bar… sin embargo no me había percatado de que las dos mujeres que yacían a mi lado izquierdo ya no estaban, se habían esfumado como el polvo tras el aliento alicorado de los seres que festejaban sus victorias. Una de las chicas se acerca para seducirme, yo trato de evadirla pero algo en lo más profundo y con más sentido me ordena lo contrario. Accedo y despierto mientras sus ojos miran fijamente los míos, sintiendo como poco a poco mi cuerpo se funde con el de ella, envolviéndome de tal forma como si aquella mujer pudiera manejarme a su antojo…
Eso es lo que hasta ahora he escrito, será la primera novela que escribo desde el 87, ya van como 3 años en lo que me dedique a hacer otras cosas y pienso volver a dedicarme a los textos de vampiros.
Me parece muy bien mi querido Agustín, tienes una forma muy peculiar en tu lenguaje y en la forma en que escribes, es bueno aunque debes asentar mejor las ideas; Tómalo con calma sin afanes que es mejor la calma y la pasividad para no estrellarnos en el camino. Agustín asienta con la cabeza.
El señor Moroni, toma un sorbo de tinto, se levanta, coge su gabardina y la sombrilla y se despide amablemente, no sin antes de que la campanilla de la puerta de salida sonara. Mirase fijamente a Agustín y le hiciese un gesto vampiresco solo de los que solo esta familia suelen hacer, una mirada profunda con una sonrisa malévola dejando ver sus afilados colmillos.