jueves, 11 de agosto de 2011

Viaje al sexo

VIAJE AL SEXO

Un viaje al placer

El hombre posee la capacidad de sentir, de ahí comienza su viaje. Comienza probando todo; se desarrolla el cuerpo y aparecen nuevos sentimientos a los cuales el ser humano busca la satisfacción propia a partir de sus deseos y de los demás, la necesidad de sentirse conectado con otro cuerpo y alma, en donde las sensaciones fluyen, la temperatura sube y cada pensamiento se convierte en una verdadera experiencia del placer.

Qué será el sexo sino uno o más viajes que parten desde un gusto hasta llegar a la pasión, porque unas veces mata y otras tantas le da la bienvenida a sentimientos que muchas veces se llaman amor, como también puede ser profundo dolor; ¿Será que ya el sexo no satisface nuestro instinto de preservar la especie y paso a ser necesidad de placer?, necesidad que implica tríos, orgias, botas de cuero, látigos, y un sin número de ideas que el hombre crea para hacer de esta experiencia un viaje de éxtasis.

El viaje comienza cuando sientes esa sensación y esa necesidad de aferrarte algo que te causa placer y te vuelve loco de una manera emocionante; Una aventura hipnotízate que recorre el cuerpo y explota en el sexo cuyos sentidos se activan para recibir descargas sin control; así concentrado a tu cuerpo y alma para fórmalo y transformarlo en uno solo con el fin de que cada sensación y cada experiencia se vuelva más intensa donde el sexo se confunde y se mezcla, dando como resultado: sexo con amor y sexo por pasión o placer, pero es sexo al fin y al acabó.

El viaje se vuelve cada vez más interesante cuando dos polos compatibles se conectan, el positivo y el negativo crean esa energía capaz de despertar sensaciones en cada rincón del cuerpo, ya sea con tus manos o con tu boca descubres y sientes ese viaje fantástico donde lo corporal y lo sensorial se unen y te llevan a al paraíso; y sientes ese orgasmo, que te hace temblar, y que no puedes engañar respecto a lo que sientes ya que en este viaje el sexo, cambia las palabras por caricias, cambia flores por falos y vaginas, cambia las mariposas en el estomago por orgasmos, cambia el amor en pasión, cambia porque une, cambia porque exploras y descubres algo, que va más allá de lo superficial ya que son instantes en los que entregas todo de ti.

En muchas ocasiones el viaje al sexo no tiene ni destino, ni mucho menos tiquete, solo aparece; y un impulso (que algunos llamarían daimons), nos hacen temblar la razón, la moral, que ha sido obstaculizada durante años, por el sistema que en ocasiones se ha convertido en el dueño nuestros sentidos; El crea la razón de lo bueno y lo malo; en nuestros identitario colectivo; ven el sexo como perversión, que solo debe cumplir un fin natural, la procreación, sexo entre macho y hembra, como Dios manda (dicen), pero sexo ya no solo es de macho y hembra, es de dos personas que quieren entregarse al sentir y darle al otro todo lo que son y a vez donarse completamente a la otra persona, sin mirar sexos ni prejuicios.

Muchas veces es el precio, cerrar los ojos y solo dejarse ir; y sentir Como ese viaje cuyo seguro es un condón y en muchas veces el olvido si la experiencia no fue buena.

El vivir es complicado y que va mucho más allá de lo que percibimos conscientemente pero para el sexo somos nosotros quien actuamos

En teoría el sexo a veces termina con la práctica, y es allí donde uno comprende todo ese viaje que comienza con el deseo aunque ese viaje también se puede disfrutar solo, por ejemplo con la masturbación en la que se aplicaría la autosatisfacción.

CHRISTIAN ESTEBAN GOMEZ PATIÑO

martes, 9 de agosto de 2011

Viaje al sexo

Una suave comezón aparece desapercibida entre las lagunas de su mente que gotean en su cuerpo. Se ha olvidado del tema de la rutina y de preocupaciones incesantes que han calado profundo en el armazón de su vida nocturna. No hay protagonismos de dinero ni supervivencia ni amor, sólo una leve atracción que la hace moverse de un punto a otro.

Hombres en compañía de una mesa vacía, con dos copas y una botella esperando a alguien, no saben a quién, pero ahí están. Música estruendosa y luces pobres en la penumbra y la sombra muestran parejas de baile exóticas y seductoras, en algunos casos asquerosas, pero exóticas. Más de una caricia, una sonrisa y una mirada suceden allí como obra de teatro, mientras que 2 mujeres por hombre significan igual la soledad extrema para cada uno de ellos, aunque el lugar venda compañía.

Entre los destellos se reconocen los movimientos sensuales de las raras parejas, la mujer excesivamente inquieta y su parejo clavado al piso y techo. Ella brilla por lo que muestra, el brilla por lo que es, un metal pulido que ha estado con otras 15 mujeres esa noche por rutina. Seguro ya está hastiado, pero ocho clavos bien repartidos no lo han dejado irse. Cualquiera de los hombres de las mesas desearía su lugar, pero en verdad no saben de su padecimiento. Cargar con cuerpos desconocidos una y otra vez, levantando el peso de alguien que en otra situación nunca ayudaría a levantar; caricias indeseadas y abusos permisivos, sudor desagradable y roces íntimos de alguien no tan íntimo. Es ese su verdadero puesto en ese lugar, aunque las mujeres de poca ropa que sienten los jalones entre las piernas de los hombres ocupen un cargo similar pero amarradas por más de ocho clavos.

Y ahí estaba ella siendo una de todas, sin un típico cruce de piernas, dejando ver un poco más, esperando a un hombre de buena paga después de haber dado dos rebajas por un trozo de carne durante la noche. Uno fue tosco, el otro con poca experiencia, pero el factor común era la inercia en el movimiento costumbrista para satisfacer el cuerpo.

Viene uno y va el otro, hombres de lengua larga y bolsillo corto que buscan todo por el precio de nada. Pero no falta quien haga derramar gotas de su imaginación en un lugar árido por el uso. Quizás ella camine hasta él sin pensar siquiera en la paga. Quizás no lo tome como su labor de rutina, sino como un tiempo libre, un escape al sexo de verdad. Unos cinco metros de viaje hacía él y un sencillo ofrecimiento para conseguir lo que quiere, una ida a la cama junto con un poco de dinero.

“En el Triángulo de la Bermudas se han perdido muchos hombres. Las mujeres deciden sobre el viaje a él”.

Mateo Jaramillo

Viaje al sexo

Su cabello como el fuego, rozó de manera insospechadamente sexy la poca parte al descubierto de sus pequeños senos. Ladeó la cabeza y desabrochó con lentitud increíble el primer botón de su blusa. Su risa tentativa, incitaba a su compañero, le arrastraba desde lo más profundo. De repente, surgió la urgencia y la necesidad, un calor palpitante comenzó a tener lugar en los dos cuerpos separados por escasos metros. La mujer de cabello como el fuego, dio un paso hacia su amante y desabrochó un nuevo botón, dos, tres y se detuvo al ver la expresión ansiosa dibujada en el rostro del hombre de ojos negros.

La espera y la tentación no aguantaron más y él no pudo continuar dentro de sus ropas. Impetuosamente atravesó el espacio que los separaba y desgarró frenéticamente la blusa de ella, hallando así la blanda prominencia de su pecho. Enceguecido, encontró con su lengua un café y suave pezón, y con anhelo incesante, terminó por desnudarla completamente. No podía creer cuan sublime era el cuerpo de esta, su amiga, su amante, junto a ella la eternidad era corta.

La mujer de cabello como el fuego se deleitó con este primer contacto, tan suave como violento y deseó que nunca terminara. La mesa sobre la cual el hombre la había sentado se movía al ritmo de estos y pronto con anticipo, la excitación de ambos se extendió por todo el lugar. Sus cuerpos temblaban desenfrenados, sus manos recorrían la totalidad de sus cuerpos, sus bocas eran fuego ardiente, tanto que era doloroso; sin pensarlo dos veces, los dedos de él hallaron el punto húmedo, lo abrieron y alzando un poco las caderas de ella pudieron acoplarse a la perfección.

Sus cuerpos estaban calientes, vehementes y dispuestos a llegar al final, sus besos se extendían deliberadamente... El explosivo culmen que los llevó al límite, después de un largo desenfreno, fue una combinación de placer y gritos, entremezclado con un dulce y cálido alivio.

Aquella noche era fría e inquietante, no se oía más que la acelerada respiración de aquellas personas. Se abrazaron el uno al otro recostados en la suave alfombra al lado de la mesa y cerraron los ojos para esperar juntos el nuevo día.

No hay mucho más que explicar, el viaje de aquella noche fue fantástico.

Manuela Mira.

Viaje al sexo

“Viaje al Sexo”, Un tema muy discutido.

Cuando piden escribir sobre una frase y justo ésta contiene la palabra sexo genera la incertidumbre donde todos se preguntan qué escribir. Para algunos hablar con la palabra sexo se vuelve más fácil, son abiertos y lo gritan a los cuatro vientos (o como si lo fuera todo en la vida). Otros son más penoso, lo ven incomodo e incluso (algunos) inmoral. En otras ocasiones se inicia la denominada “guerra de género”, los y las machista por un lado y las y los feministas por otro, se habla de objetos, sujetos, dominantes y dominados; pero como dice la canción al final todos llegan al mismo punto, dos personas compartiendo de una relación en donde se supone se llega a ser uno solo (una idea muy romántica y cliché).

Hay quienes optan por contar una experiencia en particular, otros hablan sobre una idea de lo que es o lo que los demás querrían leer; para mí ese viaje se puede ver desde demasiado puntos de vista, puede ser algo recordado para siempre, una experiencia única e irrepetible, un momento de la vida donde el corazón latió mas rápido y las emociones aumentaron, o algo pasajero producto de errores del pasado. Pero me pregunto ¿en realidad ese momento de una relación con otra persona seria un viaje o solo el tiquete de abordaje?

Siempre concluimos que necesitaríamos de otra persona, quizá alguien que ya haya viajado muchas veces y que en cada peaje nos enseñe cosas nuevas, o un nuevo viajero que quiera conocer paisajes nuevos en el camino. Un viajero que quiera recorrer el mismo lugar junto a uno, o tal vez que nos lleve a lugares remotos donde nunca imaginamos llegar. Alguien que convierta ese viaje en algo nuevo e increíble que quizá con ninguna otra persona se vuelva a vivir algo similar y si dado el caso vuelves a vivirlo exactamente igual, es porque no has hecho ningún viaje solo quedaste inmóvil en el mismo lugar y con la ilusión de estar en otro; también cabe la posibilidad de quienes se salieron de lo tradicional y empezaron a viajar solos pues no encontraban un buen compañero de viaje.

Para mi ningún viaje es igual, cada viaje que hagamos en la vida debe estar cargado de nuevas cosas, nuevas experiencias y que en cada uno se conozcan cosas diferentes, pero creo que esto no está sujeto a vivirlo junto a diferentes personas para poder ver el cambio, sino que podríamos tener un acompañante predilecto que logre junto a nosotros, que esto nos sea posible.

Liliana Gutiérrez Ruiz

viaje al sexo

Viaje al sexo

Una perspectiva feminista

“sexo” es quizás la palabra ambigua (socialmente), que siempre depende de las circunstancias, momentos y personas, pero jamás tendrá un significado objetivo. Otorga estatus y respeto a los hombres, pero eso sí, una mujer debe acercarse con cuidado a ésta palabra, pues para nosotras puede significar pérdida completa de la dignidad.

Creo que es muy común la frase “el sexo vende”, y es real, aunque lo que más vende es la mujer como objeto de deseo; esto es muy notorio en comerciales y publicidades, donde hasta para vender una moto tienen que recurrir a estrategias como una mujer montada en la moto, con ropa que la mayoría de mujeres no nos pondríamos y el hombre feliz porque “aparentemente” la moto viene con chica grilla incluida, así que me atrevería a decir que la palabra sexo es más femenina que masculina, y si nos ponemos a pensar, nos encontramos envueltas en una ironía donde tienes que mostrarte “sexual” pero no.

Teniendo en cuenta lo anterior, hay que decir que el “viaje al sexo” viene con turismo incluido, pues para llegar a él hay que pasar por una serie de mitos que al final nos llevan a descubrir que el sexo es solo sexo.

Paula Andrea González

viaje al sexo

“EL VIAJE AL SEXO”

Todo empieza con una mirada pasajera desde la distancia, una mirada ligera, una mirada que quiere reconocer todo lo que hay a su alrededor, personas y objetos.

Esa mirada que va de persona en persona hasta encontrar aquellos que son conocidos, sus amigos, pero ¿Quien es esa persona nueva que jamás había visto? ¿Quién es persona que tiene algo diferente?

…Ya es hora de darle inicio al viaje…

Sus conocidos los presentaron, intercambiaron miradas, estrecharon las manos y una tímida sonrisa, pero esa timidez duro poco, solo pasaron unos minutos y comenzaron a hablar y poco a poco ese desconocido se volvió alguien conocido. Pero no un conocido más del montón; ese conocido, era diferente.

Después de esa noche salieron varias veces fueron a cine, a cenar, a pasear, en fin tanto planes juntos; luego de muchas citas y algunos besos decidieron agregarle un recorrido más al viaje, una relación seria es lo que seguía en su camino.

Pasaron muchos meses tal vez 6 o más y este viaje tenía que llegar, no tanto a la parte más importante, pero si quizás a la más interesante. Aquella vez en que él y ella tuvieron una noche romántica, los dos solos en la casa, la mirada de el segura viendo sus ojos nervios; y si, fue esa noche donde tal vez el viaje culminó o ¿será que más bien que empezó? No lo sé, pero que buen recorrido, que buen viaje con esos desconocidos que tanto se aman.

Paula A. zapata C.

Mi viaje al Sexo.

Se acerca la noche, miro el reloj más de diez veces, pienso en todo lo que me rodea, me descanso, intento buscar mi calma, pero no es fácil, pronto llega la hora de viajar al interior de lo inesperado, lo desconocido, me atrae pensar en eso, me pone nervios cuando siento que no vendrá, miro y miro, canalizo cada segundo, espero ese momento con ansias, con desespero...

Se acerca la hora y el momento casi llega, como un azahar del destino de lo que siente mi corazón, palpita, late más fuerte, se desespera de solo saber que podré probar ese fruto del interior de sus sentimientos, la puedo saborear, mi calor sube, la anhelo, la deseo, es un viaje al sexo, a sentirlo, a descubrirlo, a guardarlo dentro de tu ser, y llega el momento.

El viaje comienza su ruta recorriendo tu cuerpo, sintiéndote cada cm, una ruta de sensaciones, de efectos que me hacen estremecer, te abrazo, nos fundimos en uno solo, en un suspiro intenso, el viaje a terminado, el sexo está satisfecho, pleno relajado, me devuelvo a la soledad de mi corazón, implacable, me despido en un vacío, en un beso soplado, solo me queda la compañía de mi soledad, el viaje ha terminado…

lunes, 8 de agosto de 2011

Viaje al Sexo

Con leer el título muchos pensarán que aquí habrá escritas frases interesantes, o por lo menos curiosas, pero la verdad es que, a diferencia de otros temas no tengo muy claro por dónde empezar, es tan extenso todo lo que siento y pienso que se me dificulta organizar tantas ideas en mi cabeza, trataré de aclararme.

Hablaré desde lo que conozco y lo que siento. Yo, como muchos otros, fui descubriendo este mundo a temprana edad, recuerdo que cuando era pequeña estaba en el carro con mi mamá, mi papá y mi hermano; mis papás comenzaron a hablar sobre el verdadero origen de los bebés explicando el proceso desde su punto de vista médico y todo eso, yo no me sorprendí, nunca me mintieron, simplemente no me habían contado la verdad, supongo que hasta ese día yo no les había preguntado absolutamente nada, además la idea de que los trajera un pájaro enorme desde París o brotaran de repollos era ridícula.

Así fue cómo se abrió un nuevo mundo para mí, algo que cuando vamos creciendo se hace incómodo de conversar con personas mayores, algo que crea muchísima curiosidad combinado con una sensación de inseguridad porque es desconocido, al fin y al cabo ni el cine, ni internet, ni la televisión podrían transmitir lo que realmente se siente vivirlo, especialmente al lado de alguien a quien de verdad amamos.

Podría decir que el sexo es uno de los aspectos de la vida que logra llenar de magia la existencia humana, hay personas con las que tenemos contacto todos los días y no lograríamos sentirnos atraídos aunque así lo quisiéramos, sin embargo hay otros que con sólo mirar hacen crecer desde lo más profundo de nuestro ser un fuego, un deseo, indomable. Para la piel es difícil resistirse si se envuelve en ella la oscuridad, las sábanas y un cuerpo cálido que seduce suavemente.

Este es un camino que debemos recorrer con madurez e inteligencia y aunque alcancemos con errores y aciertos cierta experiencia no podremos negar que está íntimamente ligado a nuestro vivir y a nuestro sentir; que sólo lograremos controlar el deseo con lo grande de la voluntad. Aunque, a decir verdad, en ocasiones el control es lo último en lo que pensamos.

Manuela Montoya E.

VIAJE AL SEXO

Había en una ciudad una mujer que tenía un bello corazón rosa, era una mujer con una vida maravillosa, rodeada de éxitos y victorias, pero ella sentía q aunque era feliz aún había algo que en su vida faltaba.

Un día se levantó como de costumbre y salió para su trabajo, como siempre lo hacía, sin imaginarse que ese día su vida cambiaria.

Estaba la mujer del corazón rosa caminando por las calles de la Soledad (ciudad donde vivía) camino a su trabajo, cuando frente a ella un hombre con un corazón de dulce chocolate se encontró, de repente sus miradas se mezclaron y sus corazones del pecho se les querían salir. Cruzaron unas cuantas palabras y decidieron empezarse a conocer, se formo entre ellos una bella amistad, pero al pasar el tiempo en amor sincero se convirtió.

Pasaron 3 años llenos de dulzura y detalles donde su amor cada día más creció y decidieron que era el momento de dar un nuevo paso, fue entonces cuando aquel hombre le propuso a la mujer de corazón rosa unir sus vidas para siempre.

Meses después ante los hombre y el supremo Dios unieron sus vidas, pero entonces llegó un dilema, ¿donde pasarían su luna de miel?, buscando y buscando encontraron que había un lugar, un bello y hermoso lugar, donde podrían demostrarse su inmenso amor de una manera que nunca antes lo habían hecho, donde sus dulces corazones se entremezclarían de una manera tan profunda que nunca jamás volverían a separarse, donde sus cuerpos se convertirían en uno solo.

Aunque con un poco de susto porque no sabían que encontrarían en ese lugar, el hombre de corazón de chocolate y la mujer de corazón rosa se embarcaron en ese viaje hermoso y maravilloso del cual nunca querrían volver, fue así como su inmenso amor pudo tener la más grande e inimaginable demostración, en su “viaje al sexo”.

Así pasaron el resto de su hermosa vida, junto y feliz, y nunca dejaron de volver a ese hermoso lugar donde su amor se realizo por completo.

MARIA ALEJANDRA ARENAS

domingo, 7 de agosto de 2011

viaje ala sexo

Mi viaje al sexo… en realidad no he tenido ese viaje

Bueno eso es lo que quisiera decir, ya que mi paso por ese tema ha tenido varios momentos bastante tortuosos; todo comenzó cuando yo aún tenía una muy corta edad cuando mi primo me arrastró a un burdel de mala muerte en donde me atrevería a decir que estaban las peores mujeres de bello, las cuales me expusieron su burdo cuerpo por unas pocas monedas; desde ese instante empezó toda una travesía por experiencias desagradables como aquella vez que tuve relaciones sexuales con una señora yo diría unos 40 o 42 años todo por dinero, no soy un puto, solo en aquella ocasión, pero si les pudo decir muchachos “es muy rentable”; en fin, pero no todo ha sido tragedia, a lo largo de mi corta vida he aprendido técnica tanto de conquista como para otorgar placer, tan efectivas que se asombrarían, mi ánimo no es darme ínfulas de más ni mucho menos, solo es para que nos demos cuenta que no es tan complicado como algunos piensan.

En alguna ocasión recuerdo que me acosté con una chica la cual conocí esa misma noche en un bar, al final de todo en realidad no sabía su nombre. En mi humilde opinión el Kama Sutra es una basura, solo se necesita tener un buen proceso, todo consta de un acercamientos contundente, segundo de una agradable charla, en tercer lugar, hay que saber que quizás lo más importante es el preámbulo, ¡hey hombres, piensen en su chica!, primero satisfagan sus necesidades y les aseguro que se verán bien recompensados, no está de más jugar un poco, acariciarse, besarse bueno en fin ustedes ya saben personalmente yo me veo más que como un amante, me considero un súbdito esto no quiere decir que sea una esclavo sexual ni mucho menos, se trata de hacer sentir bien a nuestra chicas como diría el grandísimo Giacomo “Yo no conquisto…sucumbo”. Para no extenderme más me gustaría recomendarles una serie de libro que en lo personal me gustan bastante se titulan “atrévete con…” de la editorial ROBINBOOK.

Suerte a todos.