VIAJE AL SEXO
Un viaje al placer
El hombre posee la capacidad de sentir, de ahí comienza su viaje. Comienza probando todo; se desarrolla el cuerpo y aparecen nuevos sentimientos a los cuales el ser humano busca la satisfacción propia a partir de sus deseos y de los demás, la necesidad de sentirse conectado con otro cuerpo y alma, en donde las sensaciones fluyen, la temperatura sube y cada pensamiento se convierte en una verdadera experiencia del placer.
Qué será el sexo sino uno o más viajes que parten desde un gusto hasta llegar a la pasión, porque unas veces mata y otras tantas le da la bienvenida a sentimientos que muchas veces se llaman amor, como también puede ser profundo dolor; ¿Será que ya el sexo no satisface nuestro instinto de preservar la especie y paso a ser necesidad de placer?, necesidad que implica tríos, orgias, botas de cuero, látigos, y un sin número de ideas que el hombre crea para hacer de esta experiencia un viaje de éxtasis.
El viaje comienza cuando sientes esa sensación y esa necesidad de aferrarte algo que te causa placer y te vuelve loco de una manera emocionante; Una aventura hipnotízate que recorre el cuerpo y explota en el sexo cuyos sentidos se activan para recibir descargas sin control; así concentrado a tu cuerpo y alma para fórmalo y transformarlo en uno solo con el fin de que cada sensación y cada experiencia se vuelva más intensa donde el sexo se confunde y se mezcla, dando como resultado: sexo con amor y sexo por pasión o placer, pero es sexo al fin y al acabó.
El viaje se vuelve cada vez más interesante cuando dos polos compatibles se conectan, el positivo y el negativo crean esa energía capaz de despertar sensaciones en cada rincón del cuerpo, ya sea con tus manos o con tu boca descubres y sientes ese viaje fantástico donde lo corporal y lo sensorial se unen y te llevan a al paraíso; y sientes ese orgasmo, que te hace temblar, y que no puedes engañar respecto a lo que sientes ya que en este viaje el sexo, cambia las palabras por caricias, cambia flores por falos y vaginas, cambia las mariposas en el estomago por orgasmos, cambia el amor en pasión, cambia porque une, cambia porque exploras y descubres algo, que va más allá de lo superficial ya que son instantes en los que entregas todo de ti.
En muchas ocasiones el viaje al sexo no tiene ni destino, ni mucho menos tiquete, solo aparece; y un impulso (que algunos llamarían daimons), nos hacen temblar la razón, la moral, que ha sido obstaculizada durante años, por el sistema que en ocasiones se ha convertido en el dueño nuestros sentidos; El crea la razón de lo bueno y lo malo; en nuestros identitario colectivo; ven el sexo como perversión, que solo debe cumplir un fin natural, la procreación, sexo entre macho y hembra, como Dios manda (dicen), pero sexo ya no solo es de macho y hembra, es de dos personas que quieren entregarse al sentir y darle al otro todo lo que son y a vez donarse completamente a la otra persona, sin mirar sexos ni prejuicios.
Muchas veces es el precio, cerrar los ojos y solo dejarse ir; y sentir Como ese viaje cuyo seguro es un condón y en muchas veces el olvido si la experiencia no fue buena.
El vivir es complicado y que va mucho más allá de lo que percibimos conscientemente pero para el sexo somos nosotros quien actuamos
En teoría el sexo a veces termina con la práctica, y es allí donde uno comprende todo ese viaje que comienza con el deseo aunque ese viaje también se puede disfrutar solo, por ejemplo con la masturbación en la que se aplicaría la autosatisfacción.
CHRISTIAN ESTEBAN GOMEZ PATIÑO