viernes, 11 de febrero de 2011

VIAJE AL SEXO


-¿Y entonces? ¿Cómo le fue?- Ella le entrego un vaso con agua y se sentó, esperando con ansias la respuesta, intrigada por saber lo que Él le contaría del mundo de fuera.


Él, por su parte, no tenia ningún afán ya. Se seco el sudor de la frente y bebió del vaso con agua. Solo cuando recupero el aliento por completo se atrevió a hablarle, aun sin mirarla a los ojos. –No me imaginé que el camino sería tan duro, muchos se quedaron atrás, en la oscuridad. Al principio los sentíamos moverse y después de un rato quedaban inertes, entonces a todos nos tocaba continuar sin mirar atrás.- Y de golpe quedo en silencio.


Él se quedo mirando al vacío como perdido en sus pensamientos y solo entonces ella comprendió que Él no tenia mas intenciones de hablar. Supo que jamás iba a saber lo que era el mundo exterior. Él salió de su letargo y la miro con ansias. Ella comprendía lo que tenia que pasar, pero esperaba que quien fuera que alcanzara ese lugar tendría la cortesía de hablar con ella unos minutos antes de fundirse.


-No hay mas tiempo que perder. A lo mejor no soy el único que habrá hallado el camino y si los otros llegan todo se echará a perder. Adelante.-

Y así supo ella que había llegado el momento.


Juan Felipe Mejía Garcia

LA CASITA DEL HORROR

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jueves, 10 de febrero de 2011

VIAJE AL SEXO


La palabra viaje nos hace sentir instantáneamente la necesidad de transportarnos imaginariamente a un lugar especifico, pero si hablamos de viaje al sexo, se convierte en una percepción mucho más compleja y demasiado subjetiva, al punto que tratando de buscar una relación entre lo que muchas personas piensa al decirles la frase, cada persona lo comprende a su manera, pero con una única afinidad, la palabra sexo, esto implica cualquier tipo de encuentro sexual, sin importar genero y tendencias sexuales.

La frase viaje al sexo me lleva a entenderla como un recorrido desde el inicio de la vida sexual, y como el concepto de este se va transformando al mismo tiempo que vamos creciendo y adaptándonos a diferentes ámbitos sociales.

No es lo mismo como de niños hablamos y experimentamos el sexo, en esta edad se tiene un poco de miedo al entenderlo, pero al mismo tiempo una gran curiosidad de entender nuestras primeras sensaciones que producen un placer distinto, desconocido que nos lleva al descubrimiento o satisfacción de esta necesidad en revistas, videos y libros. En esta etapa somos más exploradores de nuestro cuerpo, de nuestros gustos y no en entender el concepto de sexo como una actividad necesaria en relaciones más solidas en edades donde ya se entiende porque lo hacemos y para que lo hacemos. La adolescencia me atrevería a decirlo es la época más difícil que enfrentamos frente a este tema, porque es en esta edad donde somos más sensibles a lo que vemos y escuchamos, Incluso podría decirse que muchos jóvenes toman la decisión de empezar su vida sexual, por manipulación publicitaria, influencias en las amistades o presión de la misma sociedad. Pero no se puede negar que es la parte donde el sexo es casi un juego, es un intercambio de necesidades a satisfacer, donde lo que importa es satisfacer al otro, sentirse expertos en el tema. Es en estas edades en que exploramos en el otro las curiosidades frente al tema con las personas que se tiene el acto sexual, donde aquellos mitos, como el sexo oral, anal, la curiosidad de la actividad sexual con personas del mismo sexo, se necesitan ser descubiertos, para ir definiendo de una forma más madura nuestra sexualidad, lo que va ir al mismo tiempo teniendo mayor control de esta, porque en realidad en la adolescencia, la necesidad de satisfacción es una actividad de continuo placer, por eso se puede pasar un día entero teniendo diferentes actos sexuales, como si nada saciara este deseo incontrolable. A diferencia de edades más maduras que podría clasificarse entre los 23 y 30 años. Es aquí donde el individuo tiene claro sus gustos y sus necesidades sexuales. En esta época el sexo no es una actividad de exploración, es una actividad de rutina, sin dejar a un lado el placer. No se está buscando en todas partes como lobos buscando presa, somos más consientes de lo que implica este tema, lo que hay detrás de todo esto, como las enfermedades sexuales, un embarazo no deseado. Es en esta época donde muchos ya tienen relaciones establecidas estables, y la sexualidad es el compartir con esa persona sentimientos y placer con mayor desinhibición, con mayor confianza y lo más importante donde el sexo no es actividad cotidiana, sino un acto de entrega, de satisfacción mutua, donde no se necesita que sea muchas veces en un día, porque una sola, donde la sensualidad, la admiración, el control de los órganos sexuales, juegan un papel importante en el deseo sexual. La forma en que se disfruta la sexualidad es más agradable pero menos obsesiva. En edades superiores, haciendo referencia a edades por encima de los 40 según los estudios que se han hecho, la sexualidad es una responsabilidad, un compromiso y sin olvidarlo una necesidad fisiológica. Pero en esta época una gran parte de los individuos ya están casados, o viven con una pareja, ya existen hijos, se tiene otras obligaciones, en las que el sexo pasa a ser una parte de la vida a la que hay que sacar tiempo, pero no una actividad netamente necesaria para sentir placer al lado de su pareja. Según experiencias vividas las relaciones son menos frecuentes, pero mayor satisfactoria, aquí nos enfocamos es en entender que la pareja y el individuo además de sus ocupaciones, cuando se encuentra en el acto sexual, explota toda la adrenalina acumulada, o por el contrario se va volviendo algo monótono, e incluso en algunas parejas se pierde el deseo sexual por completo, esto se debe a problemas familiares, infidelidades, trabajo extenso, o simplemente perdida del deseo sexual hacia su pareja.

Este tema del sexo aunque complejo para alguno, tabús para otros, normales para muchos, se dice que todos los seres humanos, incluso los animales, necesitan de la actividad sexual, como parte fundamental del desarrollo físico y mental de todos los individuos. Sea quien sea, debe sentir el deseo sexual, pero algunas compromisos, como los Sacerdotes y Monjas que lo usan como una forma de sacrificio para Dios, pero que no por eso como seres humanos no sienten el deseo, porque si hay algo cierto es que la sexualidad es una actividad, un comportamiento y un pensamiento individual que nos acompaña toda nuestra vida.

Katerine Gomez Toro

miércoles, 9 de febrero de 2011

LA FAMILIA DE COLORES



La diversidad cultural que caracteriza nuestro país, es uno de los motivos por los cuales las familias son cada vez más tradicionalistas y hacen uso de su tiempo libre con actividades lúdicas logrando la integración y el acogimiento de cada uno de los miembros de dicho núcleo.

Es así, como mi familia conformada por cuatro personas, al finalizar la jornada nos reunimos para compartir los diferentes hechos transcurridos durante la semana y nada más agradable que hacerlo disfrutando de una partida de parqués.

Para dar inicio, todos tomamos la mejor posición y escogemos el color de las fichas con las cuales queremos competir. Entre verde, rojo, azul y amarillo nos disponemos a elegir estratégicamente la mejor jugada y no tener que ser devueltos, lo que dentro de este juego se conoce como la cárcel.

Es tan común este pasatiempo en mi hogar que cada uno ya se identifica con un color en particular, y no sé si sea alguna coincidencia pero la verdad desde el simbolismo de cada color, puedo atreverme a decir, que el personaje que inventó los cuatro colores de las fichas del parqués estaba pensando en mi familia.

Un hombre brillante y lúcido, ágil pensador, a veces tanto, que está pensado en mil cosas, que termina olvidándose de lo más simple. Siempre está persiguiendo alguna idea, y por muy loca que sea espera hacerla realidad. Sí, este es mi papá, aunque no tan intenso como el color amarillo si hace alarde de las características ya mencionadas de y otras más.

El calor que acoge cada rincón de mi hogar, la líder de todo encuentro sin dejar pasar ningún detalle, es mi mamá, tan alegre e impulsiva como el color rojo, la identifica un temperamento vital, ambicioso y material.

Avanzamos cada vez más a la meta final, o ha punto de sacar alguna de las fichas, una mala táctica de juego pone en peligro el destino del mejor jugador que por lo general lo representa el color rojo; pero como no falta la piedra en el zapato, mi hermana que muy bien le queda el color verde, malparada en el camino y en medio de su definida indiferencia y frescura por todo, no hace caso al suceso y sigue el juego.

Predisposición es lo que a mí me caracteriza; así como el azul la frialdad y la armonía pueden ser mis virtudes o debilidades a la hora de enfrentar el juego de la vida, que día tras día trae nuevas ocurrencias.