Mi existencia comienza a hilarse a finales de 1987 cuando mi padre Álvaro de Jesús Garzón Franco propuso a mi madre que se preparara para tener su segundo hijo, o en palabras de mi padre: “negra, deje esa maricada, osea el dispositivo, porque vamos a tener ala niña”. Mi madre obviamente aceptó y el 2 de septiembre de 1988 nací en el municipio de Urrao, al suroeste antioqueño, en el hospital San Vicente de Paúl, con Carlos Arturo Ledesma, a eso de la una y quince de la tarde (1:15 p.m.).
En mi primer añito de vida estuve rodeada de la familia, incluyendo mi hermano mayor, tíos, tías, primos, abuelos y de la nana que sigo adorando.
Todo me sorprende, pues no estoy acostumbrada a nada, incluso a mi cuerpo lo lo toco, lo lamo, lo pruebo, lo tacto, lo observo. La intriga no era sólo conmigo, sino también con los que me rodeaban. A medida que me fui adaptando al mundo, fui distinguiendo rostros, voces y aprendiendo a diferenciarlos y a categorizarlos como mamá, papá, hermanito. Pero este proceso no fue solo con personas sino también con objetos y elementos; logrando captar sus funciones.
Mis interacciones y relaciones con otras personas inician su fluir y voy adquiriendo experiencias con seres totalmente diferentes a mí, en cuanto a aspecto físico, costumbres y formación y con semblantes a fines por estar atravesando la misma etapa de vida. En este caso los niños; aprendo a establecer diferencias, niño o niña, chillón, grosero, lindo etc. O más bien a conocer otras personalidades. Estas relaciones se dan en un contexto de estudio, la guardería.
Las experiencias de todo tipo van formando la personalidad, las mías aunque dolorosas por un lado al estar marcadas por la muerte atroz de varios de mis familiares, entre ellos mi papá, hicieron de mí una mujer fuerte, pero el corazón cada vez es mas blando en vez de ser una piedra, porque algo me enseñaron y es que la vida es cruel con la gente tierna.
Comienza la vida de colegio, en el Liceo Simón Bolívar, era una plaga, hacía lo que me placía, pero muy buena estudiante. Disfrute mucho los seis años de estudio, aprendí de mí y de los demás, me enamoré por primera vez (y que sufrimiento tan macho), el caso es que salí con honores aunque en contra de algunos profesores, pues fui la mejor bachiller.
El pueblo en el que nací, es un lugar hermoso, es grande y allí viví mis primeros 17 años de vida, de ahí pa` medallo, a sufrir otro poquito, porque hablar de ciudad en comparación con municipio es otra vos, además llegue a vivir en la casa de una vieja que ni conocía, a dormir sola, que me aterraba y a que me esculcaran y se midieran mi ropa; vine a hacer un preuniversitario, pa presentarme a la de Antioquia y como el común, no pase, entonces pa la Universidad de Medellín, (pero ya no vivía donde la vieja sino donde una tía, allá si me sentía en mi casa)salí a práctica en la empresa Allus Colombia, (por esos días le cambió la vida a mi familia, mi mamá vivía en Urrao con mi hermano mayor, al muy pelota le dio por casarse y se fue de la casa y mi hermano el menor ya estaba viviendo conmigo en un apartamento por la UdeA y estudiaba en la Nacional y dejó la novia en embarazo y también se largo con ella; conclusión mamá y yo solas como hongos venenosos)
Me gradué de la U en Julio de 2011, continué trabajando en Allus por otros seis meses y me fui para Canadá en enero de 2012 a estudiar inglés, allí estuve seis meses y regresé a Colombia a visitar a mi mamá, volvió la rutina de empezar a conseguir trabajo, ir a una y a otra entrevista y nada durante un mes, hasta que al mes y medio me llamaron de SOFASA y empecé a trabajar y a los cuatro meses me mandaron a estudiar portugués a Brasil, porque se iban a consolidar unos negocios; allá si que pasé bueno, aunque de vez en cuando me hacía falta mi mamá, los hermanos y los sobrinos Johan, Isabella y Guadalupe.
Regresé a Colombia a mediados de 2014 con unas ganas de hacer una maestría en Relaciones Públicas en Brasil y por éxitos en el trabajo me mandaron a hacerla, me vincularon y ahí me quedé trabajando.
Mi vida personal un desastre, no me sentía bien con nadie, tuve un novio seis años, chao, fui novia del niño que me gustaba desde que yo tenía 7 años, a los 20 hasta los 25, pero la distancia y todo acabaron con esa ilusión. Era 2016 y conocí a Juan, un hombre especial, aunque un poco despistado, pero me encantaba, el noviazgo no fue un bombril como los otros y a los ocho meses quedé embarazada, en 2017 tuve a Victoria, una niña que llenó de felicidad mi vida, y no la complicó como piensan muchos, ya era hora, casi treinta años.
Seguí trabajando, estudiando y viendo crecer a mi hija, Juan siguió siendo mi novio, cuasi esposo (hermoso) y yo seguí disfrutando la vida, viajando, conociendo, bailando, trabajando y comprando vacas con los ahorros, la naturaleza siempre me ha apasionado y el ganado, como dice el viejo adagio es ganancia. Ahora el proyecto es dejar que las cosas fluyan. Chao ya son las 2 de la tarde del miércoles 5 de mayo de 2025 y debo trabajar.
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