sábado, 6 de marzo de 2010

melancolia

Realidad distorsionada.

Soy cariel me encuentro sentado mirando la humanidad, cuestionándome el porqué de mi condición, anhelando sentir que es ser humano, pretendiendo tener libertad de pensamiento, pero pertenezco a una fraternidad de los ángeles guardianes en la cual tengo unas creencias establecidas pero que me hacen dudar.
Se que manejo unos límites en mi condición de ángel y unos de ellos es mantenerme oculto ante los humanos, pasar desapercibido para estos, pero aun así me encuentro en este puerto acompañado de Saturno el cual yo lo bautice así, por el conocimiento que tiene de mi existencia, el me siente llegar, escucha mis pensamientos y siempre se queda a un lado acompañándome en mi visita al puerto.
Veo que la gente esta alarmada pero aun así, me falta indagar qué está pasando, solo escucho pensamientos libres de ideales, pero a la vez muchos silencios, tengo en mis manos un compras que representa lo limites de mi vida y hasta qué punto puedo indagar, pero soy muy curioso y quiero conocer, saber que está pasando en lo que está oculto y sacarlo a la luz, pero estoy atado a una condición que se sale de mis manos ya que son pocas las cosas a las que puedo acceder.
Después de tanto pensar, llega hacerme compañía Agustín un pequeñín que siempre recurre a mi cuando tiene dudas, preguntándose ¿porque vemos a blanco y negro?, yo en mío de elevamiento empiezo a meditar la respuesta, respondiéndole que nuestra condición como ángeles nos hace ver la realidad de otra manera, una realidad que los humanos no puede percibir, vemos el mundo con diferentes ojos, pero nos parecemos a ellos porque nunca estamos satisfechos con lo que somos, solo espero que te halla quedo claro que aunque queramos tener una realidad diferente a la que nos han inculcado nuestra condición no lo permite, Agustín se quedo pensativo ,caris bajo, sin pronunciar ni una palabra de lo que le había escuchado, simplemente quedo cuestionándose también del porque de sus existencia, en medio de la interrupción por esta pequeña pregunta me doy cuenta de que tenemos mucho que descubrir en este mundo lleno de misterios, misterios que hace que mi rol de ángel sea haga entretenido, tenemos muchas preguntas Agustín pero que con el paso del tiempo lograremos tener una respuesta.
he notado que el día está oscuro debe ser por todos esos pensamiento reprimidos que tiene el ser humano, por esa pregunta que no tienen una posible respuesta, algún día quisiera ser humano pero con la capacidad de recordar mi vida pasada para así poder divulgar los pensamientos que tengo ocultos.
Es hora de partir y tratar de alcanzar esos ideales de mis pensamientos y ti Agustín solo tengo que decirte que te unas a mí, para llegar a construir nuestra propia realidad.

Karina Navarro

KATHERINE VELEZ. SALIDA A UN BAR


SALIDA A UN BAR. BAR THE LOFT EN EL LLERAS

The Loft es un bar situada en el lleras. El local es bastante amplio, pero suele estar repleto. La música que ponen es bastante buena, es generalmente música de bandas londinenses, el bar ante todo es un puf, va gente muy culta, venden todas las cervezas del mundo y ese día pedí precisamente una cerveza malta, es deliciosa, muy espumosa, lo sirven en un vaso muy grande y tiene un excelente sabor. el lugar esta decorado con colores rojo y negro y sobresale ademas la construcción en ladrillo, muy bonito, muy elegante pero también es muy funk, roquero. no tienes que pagar por entrar, ahora bien, el precio del consumo es el de esperar: elevado.Es un local enorme, super bien decorado, la música esta bien, lo peor es que siempre esta completamente lleno, no tienes espacio para nada. No se porque dejan entrar a tanta gente. la comida es deliciosa, ese día pedimos todos mis amigos una picada y bueno, ese día la pase muy bien. me quede hasta las 2:00 am por que estaba realmente cansada y ya me fui a dormir .

ESCRITO POR :KATHERINE VELEZ

KATHERINE VELEZ. MELANCOLIA


MELANCOLIA

Entiéndase que existen dos tipos de esta, la melancolía saludable y la parte mala, o sea la melancolía depresiva. La primera es magia, pienso que lo que nos diferencia de los animales es el hecho de recordar y aprender cosas. El poder recordar días felices, conversaciones, ratos agradables, miradas, besos, sentimientos, situaciones y sentirse feliz al recordarlo es lo mas maravilloso que puede existir en el mundo. El hombre no vive en el presente, no puede, el presente no existe, se va a cada instante. Tampoco puede vivir en el futuro, puesto que este es incierto. Entonces el hombre vive de su pasado. Digo que la melancolía es magia por el hecho de, por ejemplo, recordar olores, incluso, “sentir” volver a olerlos es algo que el ser humano no podría hacer sin la mente. Ninguna aparato es capaz de hacer eso. Recordar el olor, la hora, el ambiente, la forma en la que te sentías, eso es la melancolía, melancolía saludable.

Claro que para que exista lo bueno también debe de existir lo malo. La melancolía depresiva es 50% igual a la otra, recuerdas olores, sensaciones, sentimientos, pero en vez de hacerte sentir bien, te hacen sentir mal. Te hace sentir mal el hecho de que esos tiempos JAMÁS volverán, ponerse a pensar en que las cosas pudieron haber sido un poco mejor, no se, el hecho de llorar por algo que fue tuyo, el tiempo que fue tuyo (y que disfrutaste) se me hace lo mas patético del mundo, pero sin embargo pasa. Siento que pasa cuando hay un desequilibrio. Desequilibrio emocional tal vez, entonces buscas refugiarte en tus recuerdos, en tus buenos recuerdos, pero debido al problema que te lleva a esos recuerdos te hace ver que esos ratos de felicidad no volverán. Ves que no te volverás a sentir de la misma manera feliz que fuiste. Claro tendrás felicidad, tendrás mejores momentos, pero nunca aquellos.

Digo que la melancolía es buena cuando se sabe utilizar. Cuando se aprende de ella, es decir: recurres a un recuerdo bueno, bien, recuerdas como te sentías y ves como ahora no te sientes así pero piensas: “si pude ser feliz en esa ocasión… ¿Por qué no he de serlo ahora?”, eso es aprender de la melancolía, ESO ES VIVIR DEL PASADO PARA SER UN MEJOR INDIVIDUO, no para lamentarte el resto de tu vida lo feliz que fuiste. Nótese que se habla de vivir del pasado y no vivir en el pasado, que son cosas muy distintas. La solución es canalizar los sentimientos, dominar nuestra propia melancolía, así nos entendemos mas, así vamos un paso adelante.

ESCRITO POR : KATHERINE VELEZ

viernes, 5 de marzo de 2010

Viaje... al sexo - Lady Osorio Estrada.


vinilando.es

Viaje…. Al Sexo.
¿Viaje?
Sí… yo he viajado de un lugar a otro lugar, por un camino u otro… por aire, por tierra y por mar. Sí, muchas veces he viajado, pero… ¿al sexo?, más bien he tenido sexo… no sé cómo es viajar al sexo… el sexo se tiene, se “tiene sexo”, o se hace… Tampoco sé si eso de viajar al sexo es posible o cómo se debe interpretar, por eso sólo diré que he viajado, conocido y disfrutado de muchos viajes… y que he disfrutado del sexo…

Melancolía I - Lady Osorio Estrada


“Melancólico, callado siempre triste en su rincón, tímido y resbaladizo, ¿no te da pena el jabón?...”
Melancolía I es la ciudad donde hacen los mejores jabones de todo el país, o mejor, del mundo. Los mejores, los más tristes… los más melancólicos… afligidos jabones que en su alma llevan impresa la tristeza con la que fueron hechos. Fabricados en un ciudad iluminada a blanco y negro, una ciudad que se presume tan poderosa y llena de sabiduría, pero es caótica y desordenada, no se le permite sacar y producir más que jabones, se les dan todas las herramientas para alcanzar el pleno conocimiento: los de los campos de las ciencias, las matemáticas o la filosofía, pero no se les permite usar jamás el espíritu para hacer otra cosa que no sean jabones. Y ¿por qué? Porque Melancolía I no fue hecha para ser feliz, está destinada a la tristeza, a no lograr la perfección. Si se nace en Melancolía I, estarás vestido con hermosas prendas y dotado de maravillosas alas, coronado como un victorioso con coronas de laurel, pero tu cara nunca reflejará felicidad por lo material, por lo que está por fuera, porque en tu alma hay una profunda frustración y desde arriba, una impedancia que no te permite ir más allá, crear más allá, y ser más que apariencia...




Lady Osorio Estrada

jueves, 4 de marzo de 2010

Viaje al sexo


¿Viaje al sexo? Viaje al sexo no, si el sexo por sí solo es todo un viaje, describir el camino recorrido antes de hacer ese viaje que es tener sexo sería contar experiencias muy personales, porque todos hacemos ese “foreplay” de maneras muy diferentes, muy personales realmente, y a lo que todos llegamos es… a lo mismo básicamente, unos arriba y otros abajo o donde quiera, el puesto es lo de menos.
Entonces escribir sobre el viaje al viaje que es tener sexo me parece que me dejaría muy expuesta, aunque usara la clásica tercera persona para que pierda algo de cercanía con mi experiencia personal… no creo que logre desvincularme del todo… entonces mejor no hablo sobre ese viaje porque no quiero que los que lean esto se enteren así de mis fetiches, puntos débiles, y algunas fijaciones extrañas que tengo, hay mejores maneras de enterarse, insisto en que es más importante el contacto físico que la virtualidad en la que vivo metida.
Lo único que me siento en capacidad de decirle a cualquiera que quiera leer esto es que un viaje al sexo no necesariamente es un viaje a “tener sexo”, a nuestros órganos sexuales también se les llama “sexo”, entonces emprendan ese viaje a su propio sexo (aunque no es tan difícil de encontrar, por lo general está unos centímetros más abajo del ombligo, pero parte del viaje es ir sin afán disfrutando de paisajes que nos parecen cotidianos). Seguro ya lo han hecho como parte de un desarrollo normal desde que eran chiquilines, antes por curiosidad, a medida que crecemos por razones que escandalizarían a una gran cantidad de personas, hipócritas claro. Hagan ese viaje sin preocupaciones de nada, que así no necesitan comprar condones para que no les peguen ningún bebé o ninguna enfermedad peor.


Natali Romero

Viaje al Sexo - Karla Acosta

El lugar del que todo el mundo habla, un lugar calido donde solo tienen cabida 2, o bueno en algunas ocaciones no muy usuales 3, 4 o hasta 5, dependiendo de el anfitrion...
Que es lo necesario para llegar a ese lugar???
la compañia
las ganas
el tiempo (aunque en muchas cocasiones no es mucho)
el espacio
y lo mas importante la necesidad.... Todos queremos llegar a ese lugar y tener un buen viaje, llegar de nuevo a casa cansados, despeinados, mojados pero completamente satisfechos, siempre planeando el proximo vuelo...
En que edad o momento se puede llegar a ese momento??
No importa todos somos bienvenidos, solo es necesario tener los elementos bien empacados y comenzar a volar a rumbo de placer y distracciòn

miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Dónde quedó lo elemental?




Siempre es algo decepcionante, o digamos mejor incómodo, ver personajes en la pantalla a los que uno ha conocido y ha aprendido a querer en las hojas. Leemos, releemos, nos imaginamos y nos acostumbramos a los personajes de los libros para que finalmente esas imágenes mentales y subjetivas de cada uno sean mutiladas por la interpretación de una o un grupo de personas. La relación que se había establecido entre el autor/personaje/lector es ahora atravesada por el contexto, la vida, la estética, el lenguaje y quien sabe que otro montón de cosas que el director y/o guionista y/o productor ha vivido a miles de kilómetros de nosotros.
Esta situación nunca va a ser del todo cómodo, siempre queda el sinsabor de los detalles omitidos en la pantalla que a uno lo cautivaron en el libro o la exageración de situaciones que uno no considera de real importancia dentro del relato. Es verdad que no vamos a estar de acuerdo, y alguna autoridad en el tema de las artes audiovisuales deben tener aquellos que nos presentan su versión con una narrativa y unas características visuales de innegable calidad, pero en el caso de Sherlock Holmes, dirigida por Guy Ritchie, me atrevería a decir que aparte del nombre y la “profesión” del detective creado por Connan Doyle, no hay mucho más del original.
Este director, que además fue el guionista, que es claro y comprensible que buscara reponer el dinero invertido en la producción de esta película, y ganarse algo más extra, haciendo del viejo y analítico Sherlock algo un poco más problemático, emocionante, aventurero… para que las personas fuéramos a cine necesitó sacar toda la genialidad del personaje, su fascinante proceso deductivo al resolver misterios y su gran capacidad de observación y convertirlo en un genio loco, desordenado, violento, que llamara más la atención por sus secuencias de acción y su atractivo (¿para qué negarlo?). El público actual se caracteriza por buscar generalmente acción tras acción, pero como parte de ese público me rehúso a aceptar que la interpretación hecha por el guionista/director y por los actores fue la más apropiada. Se muestra al sabio Sherlock como un genio desquiciado a quien Watson (que ya no es el sumiso, aquel personaje sorprendido por las deducciones hechas por Sherlock y dispuesto a aprender de él cuanto pudiera), debe cuidar y no dejar que se meta en más problemas de los necesarios para el buen desarrollo de la película. Nos cambiaron a Sherlock y a Watson, como estará de loco el mundo que ya ni Watson respeta a Sherlock en esta película, lo admira, sí, y es su compañero, también, pero la relación establecida en el libro no está ni remotamente mencionada.
Es claro que la película es de buena calidad, fotografía, actuación, efectos… pero es claro también que la adaptación de los personajes y su relación se pudo hacer de una manera más fiel, siempre cuidando el bolsillo de los inversionistas pero sin tergiversar a los personajes hasta volverlos un elemento de taquilla solamente. A mí que no me vengan con que Sherlock era violento por meter cocaína, eso en los libros, hasta donde he leído, no es verdad, debía ser como tomarse una copita de whiskey…
Lo elemental de Sherlock Holmes, mi querido Watson, se quedó en los libros por ahora…

Natali Romero

VIAJE AL SEXO - Por Juan Carlos Sánchez



Sólo necesito un instante para agitarme, un leve manoseo para sentirme en paz. Solo recordar tu cara me lleva al máximo punto de mi libertad… ¿Quién eres? no sé, el sólo hecho de estar contigo me produce un deseo infrenable por tenerte. Te veo en cada sonrisa, en cada espacio. Te siento en cada rose, en cada gotereo de mi pura ansiedad…
Todo comenzó en el lugar oscuro de mi aposento, ahí estabas tú, encerrada en un cuadro parpadeante ante mí, tenías la forma de un ángel que agitaba sus alas al ritmo del deseo. Mi adoración al él se vio en conflicto cuando finalmente sucedió: estallé hasta llegar al punto más alto, tú fuiste la culpable, ¡si! Tú. Gracias a ti los 66 libros me valieron mierda, ya no los necesité, sólo tú me bastaste para ser feliz, aunque fuera un momento. Sin embargo aunque fue mi decisión, la travesía se tornó oscura mientras más te conocía.
¿Dónde estás? Fue lo que llevó al desequilibrio de mi fe, abría y cerraba ventanas desesperadamente y cuando te hallé, otra vez mi corazón empezó a latir intenso, tan intenso que parecía un rojo infierno. Desde ese día no me importó, el saber que en ese mismo lugar te encontraría siempre, era todo para mí. Me llamó la atención ver cómo cambiabas de forma, diversos tonos de piel, la hermosura de tus tantos ojos… Y qué decir el lenguaje agitado en el que me hablas me enseñó a entenderte. ¿En dónde estoy? Umm, ya no sé, ni me importa, importas tú.
Últimamente he tenido miedo de perderte, de que aparezca él y te arranque de mi, porque algo en mi me dice que él es más fuerte, sin embargo lucho contra él.
Si no fuera por tu amor momentáneo, ya hubiera regresado a mi esclavitud, a ese lugar donde los sueños son condicionados por esas 10 ordenanzas de mierda del Él invisible. Lo importante en este momento de mi cruzada es saber que te tengo, aún a pesar de saber que contigo muero.

martes, 2 de marzo de 2010

Melancolía


Esta historia tiene desarrollo en un lugar pequeño del mundo que solo los que viven allí conocen; su nombre es Clara; llegué a este sitio por azar del destino, yo me dirigía a otro lugar pero los desvíos y la falta de orientación me revelaron esta pequeña calle con tan solo 4 divisiones o ramas; en la que únicamente encontré un hotel, el cual estaba vacío y cuyo dueño me miraba con gran… no lo sé, quizás deba decir curiosidad, su mirada era profunda como analizando cada una de las cosas que en mi traía; al igual que ellos mis sentidos exploraban este sitio con cierta decoración rara vez vista de donde vengo; para ser más explícita les contaré, para que la imaginación vuele y recree el sitio.
Entre al hotel y percibí ese olor, un olor extraño pero familiar, el me decía mira hacia la derecha junto a las escaleras, y eso hice; allí había una mujer con unas flores algo marchitas, en un jarrón con agua de color algo oscuro; ya sabía de que era el olor; se parecía al mismo de la plaza a la que iba con mi madre a comprar las verduras de la semana.
Al lado de la ventana había una balanza, no muy usual; yo diría puedes tener un cuadro; una cenefa; pero una balanza medio saliendo de la pared cerca a la ventana; para ser sincera causó gran curiosidad en mí.
El dueño me asigno la habitación número 201; segundo piso frente a otra que no tenía numeración para ser identificada y el color de la puerta era diferente de las demás. Ya estaba resignada a permanecer por lo menos dos días hasta que logrará solucionar mi problema de ubicación el cual se combinaba con el de una de las llantas del carro dañadas. Por ese día no me preocupe más y me fui a dormir; siendo las 4 de la mañana sentí ciertos ruidos al frente de mi habitación; mis oídos trataban de relacionarlos con otros escuchados anteriormente para poder descifrar de que se trataba, por más que agudizaba mis recuerdos no podía reconocerlos, se escuchaban como cuando se pasa un metal por un pedazo de madera, pero obviamente no era eso. Una hora después los sonidos pararon y volví a dormir.
Cuando me levante abrí levemente la puerta de mi habitación y entre escondida mire precavidamente el pequeño corredor y la misteriosa puerta sin número y de color diferente, al no ver nada que pudiera explicarme lo que había escuchado regresé a mi cuarto para tomar un baño; ciertamente este hotel tenía una construcción, como decirlo; novedosa mi habitación era perfectamente simétrica y el baño era un triangulo perfecto algo incómodo para ingresar.
A eso de las 10 de la mañana baje para preguntarle al dueño si había escuchado los ruidos la última noche; noté gran nerviosismo en sus palabras, decía no haber escuchado nada y miraba fijamente la balanza cerca de la ventana; no sé si era mi mente retorcida la que pensaba que se me ocultaba algo, aunque en cierta manera eso no importaba mucho porque iba a abandonar Clara en su próximo amanecer.
Salí del hotel a buscar un buen sitio para desayunar, en mi mano podía contar la cantidad de personas que vi en mi recorrido, por fin encontré un sitio, solo pensaba Dios Santo donde fui a caer; el dueño del restaurante tenía en su atuendo algo que llamó mi atención, parecía una G encerrada entre ciertas herramientas, no pude ver muy bien lo que eran, pero realmente era un símbolo que jamás había visto. Luego traté de buscar alguien que pudiera ayudarme con la llanta del carro y con la ubicación de donde estaba; pero fue algo de buscar pero no encontrar. Así que regresé al hotel, y cuando estaba en el segundo piso vi entrar una mujer de vestuario sobrio y clásico a la habitación en frente de la mía; apresuré mi paso para tratar de verla más cerca pero no pude; entré a mi habitación y entreabrí la puerta para mirar si volvía a salir; duré en la misma situación poco más de 2 horas; de pronto sentí 3 golpes en la puerta suaves y lentos, salí y era el dueño del hotel para decirme que quien podía arreglar mi carro y darme indicaciones regresaba al día siguiente, así que mi visita a Clara ya se extendería un día más.
Llegó la noche y allí estaban otra vez los ruidos, a la misma hora, pero ahora se sumaban gritos y llanto; no soporté la intriga que me generaba desconocer su procedencia, hasta que decidí ponerme en pie y con pasos suaves acercarme a la extraña habitación para tratar de oír algo más certero, abrí la puerta de mi cuarto y en puntas me acerque a la otra puerta y puse mi cabeza sobre ella; sentía cómo levantaban unos tarros de metal y el llanto constante de una mujer; logré escuchar algo así como unos golpes en la pared, traté y traté de descifrar cada cosa pero no podía hallar explicación; de repente mis pies, mi espalda, mis manos en fin todo mi cuerpo sintió pasar un intenso frío cuando alguien puso una mano sobre mi hombro derecho, voltee a mirar despacio y era el dueño del hotel con cara de enojo y nervios a la vez, con una voz gruesa y un poco gritada me dijo: es mejor que regrese a su cuarto, no busque lo que a su vida no pertenece; y yo sin otro remedio regresé a mi cuarto, pero ahí no terminaba mi curiosidad así que por debajo miré que el dueño entraba y salía inmediatamente con aquella mujer cargada y cubriéndole el rostro con una tela, esperé un momento a que bajaran y después tome algo para abrir la puerta ya lo había hecho en otras ocasiones así que no fue complicado, cuando logré entrar mi sorpresa fue mayor; las paredes estaba totalmente cubiertas por una imagen que se repetía y se repetía, en ella se veía un ángel escribiendo con una daga, y otro más pequeño a su derecha; también note la misma balanza que ví al lado de la ventana, un reloj de arena un becerro o al menos eso creí ver, unas herramientas en el suelo, una campana, números en una ventana, algo que llamó mi atención entre tantas formas fue una esfera en el suelo, tan redonda, tan perfecta, lo primero que pensé fue que es, de que se trata, por qué aparece tantas veces, miré a una esquina y allí habían unos tarros metálicos, esos eran los del ruido en uno de sus lados también estaba la imagen pero acompañada del mismo símbolo que tenía el hombre del pueblo; una G encerradas en las mismas herramientas; mi pensamiento seguía volando, quería saber la verdad; por qué tantas veces la misma imagen, por qué ese símbolo, por qué el dueño del hotel sacó a la misteriosa mujer de una forma misteriosa, porque ella se sentía llorar; pero no, ahora era el momento de ocultarse, oí unos pasos que se acercaban a la habitación, qué hago, dónde puedo esconderme, ya lo sé, entre el desorden del closet; el dueño entró con la mujer y la postró en la cama y empezó a decir una cantidad de palabras que no pude entender; por un descuido dejé caer la herramienta con que abrí la puerta y el dueño escuchó el ruido, se dirigió al closet y puso sus manos en él; mi corazón se aceleraba, vi como se empezaba a abrir la puerta, la mano del dueño ya casi tocándome; mi pensamiento deliraba y mi respiración era más rápida, qué pasaría en ese momento, que sería de mí si llegaba a descubrirme eso no lo diré aún, será algo que les contaré después.

VIVIANA MONTOYA SANDOBAL