sábado, 21 de agosto de 2010

viernes, 20 de agosto de 2010

Viaje al sexo


Siempre tome este tema como algo no fácil de hablarlo como con respeto y tal vez con temor aceptarlo y poder hablarlo libremente con las demás personas. Siempre lo veía mas que todo como un acto de amor puro y no tanto pasional como lo veo ahora, antes me daba mucha pena miedo hablar sobre el es sexo y las cosas que disfruto de él, aunque reconozco que aún tengo muchas cosas que dejar, muchos tabúes respecto a este.

Recuerdo el día en que fui a su casa con la excusa de ayudarlo con algo, de un momento a otro nos encontrábamos en su habitación besándonos, con la luz apagada y la puerta cerrada, recuerdo que puso un CD de reggae comenzamos a besarnos cada vez más intensamente terminamos en su cama tocándonos y besándonos cada vez más, nos fuimos quitando la ropa y acariciándonos, recorriendo nuestros cuerpos con nuestras bocas, pasando por senos, tetillas, abdomen hasta llegar a los genitales, así durante mucho tiempo, el CD se repetía una y otra vez, luego de muchas caricias y besos se dio la penetración, el susto que tenia no lo sentía desde la primera vez que había tenido sexo era como si fuera la primera vez, pero en muchos momentos el placer que estaba sintiendo hacia que me olvidara de ese miedo; no quería que la noche se acabara, deseaba detener el tiempo y poder seguir disfrutando ese momento por mucho más rato, estaba viviendo un momento de gran placer, sexo solo por placer y no por amor como lo había hecho antes: cosa que en algún momento me hizo sentir mal.

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Fotos Al Levantarse! (9)

El AmOrRrRr.


El amor es una edicion que se siente tierno, dulce y natural, al hacer el amor se pasa el umbral de la intimidad, se llega hasta el fondo de cada rincon y verte a mi lado es mi necesidad.
El amor es algo inexplicable que viene desde el alma sin recurrir hacia un orgasmo ( el amor no se mide con un orgasmo salvaje). Aunque es necesario sentirse bien con la pareja y tener una buena relación sexual que cautive y mantenga la quimica que deben tener toda relación sentimental.
El verdadero amor no es un sentimiento, es un estado de necesidad que se mezcla con las ganas de sentirse enamorado y total atracción con el sexo opuesto.
la diferencia entre el amor y la pasión desenfrenada es sencilla, la pasión busca la forma de coquetiarle al otro y pasarla bien en el momento, sin pensar en el futuro, es decir, puro " sexo" , y el amor se encuentra al interior de la persona y no se busca, sino que toca las puertas sin darnos cuenta.
El verdadero amor es sentirse mutuamente felices, contentos e ilusionados. La pareja ideal debe estar comprometida el uno al otro, sin importar las dificultades, sin exigir nada a cambio y siempre debe haber feeling, porque de lo contrario serán infelices el resto de sus vidas.
Número (25)



























































































jueves, 19 de agosto de 2010

VIAJE AL SEXO

Según la Biblia, solo se puede tener sexo en el sacramento del matrimonio. Otros sectores conservadores de la sociedad piensan lo mismo y arman escándalos cuando se enteran que el 99,9% de la población tiene sexo sin estar en este 'sagrado' sacramento. Lo cierto es que estamos en la era del hedonismo, donde las bases, los medios y los fines consisten en el placer. Eso es lo que vemos en los medios masivos de comunicación, en la publicidad, en el cine, las caricaturas...

Como seres humanos tenemos necesidades (las básicas como el abrigo, comer) y entre ellas la de reproducirnos, o mejor: tener sexo. Sin embargo esta necesidad es mucho más intensa y más (aunque suene redundante) necesaria para el género masculino, pero no es su culpa, simplemente es su genética. Esto no quiere decir que las mujeres no necesiten el sexo ni que sean las santas en todo este viaje; aunque hay que admitir que son más románticas de lo que deberán en cuanto a las relaciones, y más aun en las sexuales.

La relación: La maleta pa´l viaje

Para nadie es un secreto que los hombres cuando comienzan una relación (noviazgo, sinónimos o mutaciones de éste)a pesar de estimar a la persona, en el fondo lo que más desean es llegar al momento de intimidad. Ellos entonces tienen múltiples opciones para pedirlo (literalmente): "la prueba de que me amas", otros son más sutiles y van ganando puntos, preocupándose ficticiamente y logrando que la mujer diga "que liiiiiiiiindo". Otros sencillamente expresan su deseo directamente, ya sea hablando o haciendo una cordial invitación a un hotel o para ser todavía más directos a un motel.

Cuando se concretan los deseos de la pareja pueden suceder varias cosas: la relación puede mejorar totalmente debido a los lazos de confianza o puede comenzar a basarse en aquel acto. El caso de los noviazgos (heterosexual u homosexual) no es el único. Hay quienes tienen un nivel de hedonismo más elevado y satisfacen su deseo con personas que les atraen, con los amigos, con putas, o simplemente con quien hubo más química en la rumba. Otra característica del sexo es que se puede tener bajo varios estados: en sano juicio, borracho o trabado.

Un viaje igual pero distinto cada vez

El viaje al sexo más que quitarse la ropa, dar y recibir besos y caricias por todo el cuerpo y llegar a unos minutos de penetración que pueden causar un orgasmo o no depende de cada quien. Una particularidad del sexo es que siempre es diferente, así se haga muchas veces con una misma persona. Todo es cuestión de percepción. Puede ser un acto necesario, frío y mecánico, puede ser rápido o tener larga duración, puede significar hacer el amor o puede ser el "por fin me comí a este(a)"...y tantos puntos de vista como personas hay en el mundo.

El caso es que es un viaje en el que cada quien pone un poco de sí, de su cuerpo, sentidos y creatividad, para lograr el fin que nos ha impuesto esta era y que nosotros hemos recibido sin reticencia: el placer.

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miércoles, 18 de agosto de 2010

CELESTIAL VIAJE AL SEXO (2)

A veces uno se siente tan solo de compañía que las cosas naturales como ser humano se le van quedando represadas, es decir se quedan ahí en el tiempo y en el espacio.

Alguna vez vi a alguien, sin pensarlo y sin haber programado dicho encuentro se quedó en mi mente esa linda figura y ese lindo ser que el tiempo y el destino habían puesto en mi camino para que le conociera. Poco a poco se fueron dando los espacios de conocimiento mutuo y al pasar de los días se fue formando esa amistad la cual se tornó tan fuerte que hasta los gustos se fueron pareciendo, las miradas penetrantes y los gestos hicieron que naciera el cariño inesperado hacia esa persona tan maravillosa.

Al pasar los meses compartiendo experiencias, creando espacios en donde muchas cosas coincidían entre los dos, dando y recibiendo caricias, besos e insinuaciones se fue creando poco a poco el viaje al sexo, allí estábamos listos los dos como pasajeros dispuestos a hacer de nuestras fantasías un derroche de pasión desenfrenada, algo inolvidable, algo que se quisiera repetir más y más. El viaje traía consigo gran alegría y placer para ambos, sería la emoción más esperada que nunca habían sentido nuestros corazones, esa persona tan especial hacia parte de mi vida, la llevaba en lo más profundo de mi ser y me hacia subir al cielo, provocando en mí una inmensa ansiedad y haciendo que esos deseos reprimidos se convirtieran en explosiones de amor, de felicidad, de sexo lleno de pasión, cariño y verdaderos sentimientos; se sentía respeto, curiosidad de seguir explorando, pero la falta del viaje fue haciéndose notar por ambos.

Ese cuerpo desnudo, esas miradas, ese sentir de sus manos tocándome y esos besos hacían que se estremeciera hasta lo más profundo de mi ser, me volvía loco y apasionado, nunca había estado en un viaje tan maravilloso, tan especial y fantástico que tal vez nunca se olvide.

A esa persona le sobra el cariño, el afecto, el amor y el sentir y esto hace que cada mañana me levante pensando en ella, pasan las horas y su figura se va alejando así como alguna vez vino hacia mí inesperadamente.

Se fue, y sólo queda el recuerdo, pero en la mente y en el corazón está la esperanza de que algún día vuelva a encontrármela y así continuar en ese viaje maravilloso de sentimientos, aquellos que nunca se acabarán y que con el paso del tiempo se fortalecerán. Mis ojos se llenan de tristeza por la partida, pero también de alegría de haber conocido y de sentir que se tiene a alguien tan especial que te quiere así sea desde la distancia.

Nunca te olvidaré aunque la vida pase y te alejes para quizás no volver.

Antes de la u







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VIAJE AL SEXO

El sexo es como un viaje de vacaciones, sientes ansias, alegría y sobre todo ganas de estar allí inmediatamente; mientras llega ese momento deseado te arreglas como una gran musa para llegar a tentar a ese hombre lleno de lujuria y pasión.
llegando a ese encuentro nos observamos detenidamente y nos llega un gran impulso incontrolable por avanzar en la exploración del templo del otro, poco a poco nos despojamos de la ropa, nos acariciamos suavemente, nos hablamos al oído, y empieza la acción, ya mas que ternura nos sumergimos en lujuria, deseo y mucha pasión, pasa el tiempo ya exhaustos y satisfechos vuelve a nosotros las caricias tiernas y las palabras dulces. Este es un gran viaje de vacaciones, UN GRAN VIAJE AL SEXO (13)

VIAJE AL SEXO

La posibilidad de transportarse de un lugar a otro se puede equiparar con la afortunada y magnífica sensación de concentrar todos los sentidos en la satisfacción sexual; es el intento de alejarse de todo aquello que no propicie el contacto con la lujuria, pasión, placer, amor, deseo, desenfreno, fornicación o el adulterio según el caso. Permitiendo al hombre un equilibrio mental y emocional llevándolo a un autoconocimiento crítico y a la posibilidad de evaluar su relación con el entorno y o con los demás.

La concepción y acepción del sexo varía según la moral de cada persona, pero se supone que el fin último es poder llegar a sentir satisfacción, esa sensación indescriptible e inenarrable del coito; que en algún caso se puede comparar con la experiencia: no se cuenta con ella mientras no se haya tenido la vivencia real y personal.
Hay quienes consideran el sexo un mandamiento divino, lo enmarcan en la sublimidad y el amor pregonado en las leyes de Dios, cuyo fin último es la reproducción. Es el sexo del respeto, el sexo del mandato, el sexo del amor y la fidelidad. Es el descubrir constante de los encantos de un solo ser, la comunión entre dos cuerpos que se revelan y complementan. Es la afinidad entre alma, mente y cuerpo de esos dos individuos convertidos en una sola persona, en un solo sentir.
Pero el sentir y el pensar varían y hay individuos que centran su sexualidad en el placer, personas que se desinhiben frente al otro y frente a sí para experimentarse, descubrirse y explorar a ese ser que le acompaña en el recorrido por el que consideran más hermoso y espléndido de todos los sentires. Centran su atención en la posibilidad de explorar esa dimensión del ser, que solo alcanzan quienes se arriesgan a disfrutar de su cuerpo e ir más allá, dar un paso más y poder llegar a un orgasmo sincero. Entre estas personas hay quienes tienen una pareja sexual estable y quienes comulgan con el viejo adagio “en la variedad está el placer” y prefieren experimentar con diversos individuos pensando en que con cada quien van a sentir, hacer, lograr y descubrir cosas diferentes.
Y este mundo de rosas no es coherente con aquellos para quienes el sexo no es más que el deseo de otro por quien fueron utilizados, no es más que satisfacer a otro por miedo a un golpe, miedo a la soledad, por obligación o por falta de respeto consigo. Aquellos que fueron ultrajados y se les negó la oportunidad de sentir y explorar ese espacio íntimo que todos deberían considerar un espacio de libertad, que se complementa con esa alteridad y forma una sola pieza en la perfección cóncava y convexa.
Es imposible abarcar el sexo en todas sus acepciones pues las experiencias individuales son las que forman el significado y sentido del mismo, análogo a las diferentes vías y destinos que tiene el mundo y la posibilidad personal de viajar, descubrir y explorar esta diversidad de sitios.
Ana María Garzón Sepúlveda.

Viaje al sexo (N°8)

El día estaba tan fresco y luego la noche tan fría,y el estaba ahí, sentado a mi lado,mientras pensábamos en aprovechar el paisaje e ir de viaje...Nos tomamos de la mano, él tiro mi ropa tal vez para guardarla en aquella maleta y comencé a apreciar un camino tan suave y tibio... Después de unos minutos el tren se acerca y subí al vagón, cuando estaba arriba me miró a los ojos, me dijo que me quería, creí que se estaba despidiendo pero empezamos a danzar, bailábamos y nuestros cuerpos sudaban, aquella noche ya no era fría ya no había neblina, era una noche húmeda, y cálida y cuando el tren salio de aquel túnel me sentí exhausta... acababa de terminar nuestro viaje sexo.

Viaje al sexo) N°8

lunes, 16 de agosto de 2010

Efímero (4)

Morfeo.

Aquí me hallo; inhalando el humo que aprisiona mi Lujuria y que remueve poco a poco cada unas de las libertinas partículas de secreciones evaporadas por el calor de los cuerpos.

Aquí me hallo; apreciando la derrotada medusa que osó convertirme en piedra. Mis parpados están grabados con la historia de un héroe que destrozó, con una dulzura animal, el cuerpo de una flameante diosa bufadora. La leyenda del hombre que con nada más que su fiel espada, casi desgarra por completo a su amada enemiga Afrodita, durante unos pocos e intensos minutos de batalla. Me siento exhausto, satisfecho y conmovido por mi victoria. Sólo me queda inhalar más de este humo restaurador, para recuperar mi energía espartana y dejar que mi apaciguada rival, despierte su sed de venganza.

Aquí me hallo, fumando un cigarrillo y esperando a mi Musa para volver a tener sexo.


Musa.

Aquí me hallo, me comí a Morfeo (que hijueputa más feo). Quede lo más de arrecha y alcanzo a percibir un leve olor a cigarro y pecueca.

Aquí me hallo. Una cuando esta borracha si calienta lo que sea. ¡¿Cómo me como a ese bobo?! Culiandome y diciéndome “te amo”, ¡No, que güeva tan grande! me toco fingir pasar bueno, por que como es de güevon de pronto lo traumo. Me imagino donde me hubiera reído cuando le vi ese pipí tan chiquito, casi me desgarro de la risa. Yo estaba esperando a que lo metiera, me dio por mirar pa’ atrás y hace rato había empezado. ¡Qué pecao!¡Qué polvo de Gallo! Lo más deprimente es que se vino y se puso a llorar el güevon ese.

Aquí me hallo, haciéndome la güevona y esperando a que termine de fumar pa´ que se largue de mi casa.

Pre - U



























(4)Juan Camilo Corredor Ruiz