sábado, 21 de agosto de 2010
viernes, 20 de agosto de 2010
Viaje al sexo
Recuerdo el día en que fui a su casa con la excusa de ayudarlo con algo, de un momento a otro nos encontrábamos en su habitación besándonos, con la luz apagada y la puerta cerrada, recuerdo que puso un CD de reggae comenzamos a besarnos cada vez más intensamente terminamos en su cama tocándonos y besándonos cada vez más, nos fuimos quitando la ropa y acariciándonos, recorriendo nuestros cuerpos con nuestras bocas, pasando por senos, tetillas, abdomen hasta llegar a los genitales, así durante mucho tiempo, el CD se repetía una y otra vez, luego de muchas caricias y besos se dio la penetración, el susto que tenia no lo sentía desde la primera vez que había tenido sexo era como si fuera la primera vez, pero en muchos momentos el placer que estaba sintiendo hacia que me olvidara de ese miedo; no quería que la noche se acabara, deseaba detener el tiempo y poder seguir disfrutando ese momento por mucho más rato, estaba viviendo un momento de gran placer, sexo solo por placer y no por amor como lo había hecho antes: cosa que en algún momento me hizo sentir mal.
#6
jueves, 19 de agosto de 2010
VIAJE AL SEXO
miércoles, 18 de agosto de 2010
CELESTIAL VIAJE AL SEXO (2)
Alguna vez vi a alguien, sin pensarlo y sin haber programado dicho encuentro se quedó en mi mente esa linda figura y ese lindo ser que el tiempo y el destino habían puesto en mi camino para que le conociera. Poco a poco se fueron dando los espacios de conocimiento mutuo y al pasar de los días se fue formando esa amistad la cual se tornó tan fuerte que hasta los gustos se fueron pareciendo, las miradas penetrantes y los gestos hicieron que naciera el cariño inesperado hacia esa persona tan maravillosa.
Al pasar los meses compartiendo experiencias, creando espacios en donde muchas cosas coincidían entre los dos, dando y recibiendo caricias, besos e insinuaciones se fue creando poco a poco el viaje al sexo, allí estábamos listos los dos como pasajeros dispuestos a hacer de nuestras fantasías un derroche de pasión desenfrenada, algo inolvidable, algo que se quisiera repetir más y más. El viaje traía consigo gran alegría y placer para ambos, sería la emoción más esperada que nunca habían sentido nuestros corazones, esa persona tan especial hacia parte de mi vida, la llevaba en lo más profundo de mi ser y me hacia subir al cielo, provocando en mí una inmensa ansiedad y haciendo que esos deseos reprimidos se convirtieran en explosiones de amor, de felicidad, de sexo lleno de pasión, cariño y verdaderos sentimientos; se sentía respeto, curiosidad de seguir explorando, pero la falta del viaje fue haciéndose notar por ambos.
Ese cuerpo desnudo, esas miradas, ese sentir de sus manos tocándome y esos besos hacían que se estremeciera hasta lo más profundo de mi ser, me volvía loco y apasionado, nunca había estado en un viaje tan maravilloso, tan especial y fantástico que tal vez nunca se olvide.
A esa persona le sobra el cariño, el afecto, el amor y el sentir y esto hace que cada mañana me levante pensando en ella, pasan las horas y su figura se va alejando así como alguna vez vino hacia mí inesperadamente.
Se fue, y sólo queda el recuerdo, pero en la mente y en el corazón está la esperanza de que algún día vuelva a encontrármela y así continuar en ese viaje maravilloso de sentimientos, aquellos que nunca se acabarán y que con el paso del tiempo se fortalecerán. Mis ojos se llenan de tristeza por la partida, pero también de alegría de haber conocido y de sentir que se tiene a alguien tan especial que te quiere así sea desde la distancia.
Nunca te olvidaré aunque la vida pase y te alejes para quizás no volver.
VIAJE AL SEXO
llegando a ese encuentro nos observamos detenidamente y nos llega un gran impulso incontrolable por avanzar en la exploración del templo del otro, poco a poco nos despojamos de la ropa, nos acariciamos suavemente, nos hablamos al oído, y empieza la acción, ya mas que ternura nos sumergimos en lujuria, deseo y mucha pasión, pasa el tiempo ya exhaustos y satisfechos vuelve a nosotros las caricias tiernas y las palabras dulces. Este es un gran viaje de vacaciones, UN GRAN VIAJE AL SEXO (13)
VIAJE AL SEXO
La concepción y acepción del sexo varía según la moral de cada persona, pero se supone que el fin último es poder llegar a sentir satisfacción, esa sensación indescriptible e inenarrable del coito; que en algún caso se puede comparar con la experiencia: no se cuenta con ella mientras no se haya tenido la vivencia real y personal.
Hay quienes consideran el sexo un mandamiento divino, lo enmarcan en la sublimidad y el amor pregonado en las leyes de Dios, cuyo fin último es la reproducción. Es el sexo del respeto, el sexo del mandato, el sexo del amor y la fidelidad. Es el descubrir constante de los encantos de un solo ser, la comunión entre dos cuerpos que se revelan y complementan. Es la afinidad entre alma, mente y cuerpo de esos dos individuos convertidos en una sola persona, en un solo sentir.
Pero el sentir y el pensar varían y hay individuos que centran su sexualidad en el placer, personas que se desinhiben frente al otro y frente a sí para experimentarse, descubrirse y explorar a ese ser que le acompaña en el recorrido por el que consideran más hermoso y espléndido de todos los sentires. Centran su atención en la posibilidad de explorar esa dimensión del ser, que solo alcanzan quienes se arriesgan a disfrutar de su cuerpo e ir más allá, dar un paso más y poder llegar a un orgasmo sincero. Entre estas personas hay quienes tienen una pareja sexual estable y quienes comulgan con el viejo adagio “en la variedad está el placer” y prefieren experimentar con diversos individuos pensando en que con cada quien van a sentir, hacer, lograr y descubrir cosas diferentes.
Y este mundo de rosas no es coherente con aquellos para quienes el sexo no es más que el deseo de otro por quien fueron utilizados, no es más que satisfacer a otro por miedo a un golpe, miedo a la soledad, por obligación o por falta de respeto consigo. Aquellos que fueron ultrajados y se les negó la oportunidad de sentir y explorar ese espacio íntimo que todos deberían considerar un espacio de libertad, que se complementa con esa alteridad y forma una sola pieza en la perfección cóncava y convexa.
Es imposible abarcar el sexo en todas sus acepciones pues las experiencias individuales son las que forman el significado y sentido del mismo, análogo a las diferentes vías y destinos que tiene el mundo y la posibilidad personal de viajar, descubrir y explorar esta diversidad de sitios.
Ana María Garzón Sepúlveda.
Viaje al sexo (N°8)
lunes, 16 de agosto de 2010
Efímero (4)
Aquí me hallo; inhalando el humo que aprisiona mi Lujuria y que remueve poco a poco cada unas de las libertinas partículas de secreciones evaporadas por el calor de los cuerpos.
Aquí me hallo; apreciando la derrotada medusa que osó convertirme en piedra. Mis parpados están grabados con la historia de un héroe que destrozó, con una dulzura animal, el cuerpo de una flameante diosa bufadora. La leyenda del hombre que con nada más que su fiel espada, casi desgarra por completo a su amada enemiga Afrodita, durante unos pocos e intensos minutos de batalla. Me siento exhausto, satisfecho y conmovido por mi victoria. Sólo me queda inhalar más de este humo restaurador, para recuperar mi energía espartana y dejar que mi apaciguada rival, despierte su sed de venganza.
Aquí me hallo, fumando un cigarrillo y esperando a mi Musa para volver a tener sexo.
Musa.
Aquí me hallo, me comí a Morfeo (que hijueputa más feo). Quede lo más de arrecha y alcanzo a percibir un leve olor a cigarro y pecueca.
Aquí me hallo. Una cuando esta borracha si calienta lo que sea. ¡¿Cómo me como a ese bobo?! Culiandome y diciéndome “te amo”, ¡No, que güeva tan grande! me toco fingir pasar bueno, por que como es de güevon de pronto lo traumo. Me imagino donde me hubiera reído cuando le vi ese pipí tan chiquito, casi me desgarro de la risa. Yo estaba esperando a que lo metiera, me dio por mirar pa’ atrás y hace rato había empezado. ¡Qué pecao!¡Qué polvo de Gallo! Lo más deprimente es que se vino y se puso a llorar el güevon ese.
Aquí me hallo, haciéndome la güevona y esperando a que termine de fumar pa´ que se largue de mi casa.